II

Hoy las calles están más vacias que ayer.
Debo confesar que eso me gusta.
Soy algo ermitaña.
El cielo es gris, pero hay una luz que de vez en cuando se asoma.
El viento sopla y desde acá puedo ver como algunas hojas vuelan hacia mi ventana.
Hoy lloré escuchando esa canción.
Lo único que hice después de eso, fue sacar las hojas secas de la enamorada del muro que tengo sobre la mesa de trabajo.
Fué como sacarme algunas piedras de encima.
Y acicalarla a ella, claro. Tan enamorada que está, no puede hacerlo sola...
Tal vez más tarde, cuando vuelvan a caer algunas gotas, salga en bici por las calles vacías.