IV

Los días se acortan.
Y no quiero levantarme de la cama.
Las hojas se secan. Se caen.
Los días se acortan y yo los estiro.
Aunque el sol permanece más tiempo junto a mi ventana.
Los días y las noches son lo mismo.
Los días-noches son cálidos y fríos.
Los días-noches son de éste otoño.
Los días-noches son míos. Muy míos. De nadie más.
O tal vez, del frío.