Buscaba sus raíces.
Siempre buscó sus raíces.
Caminó por muchos lugares, muchas tierras.
Tierras rojas, verdes, altas, bajas,
hondonadas, blancas, fértiles…
Pero cuando ella ya no supo dónde más buscar
se sentó y esperó.
Esperó y dio.
Y cuando ella ya fue infértil
y no quiso, y no supo, se durmió.
Y al fin, pudo encontrar sus raíces.
Porque no hay nada como el lugar en el que se está.
Porque no hay nada como el lugar que se encuentra
o ese que nos encuentra.
Y ahí estaban, solamente esperando crecer.
Arraigarse.
Ser.

1 comentario:

Gracias por leer mis pensamientos.